Resumen de la intervención de Pérez de Vargas Abogados en el seminario «Construcción Ecológica y Sostenible» que tuvo lugar el 18 de octubre de 2016, en la sede de Andalucía Lab en Marbella, organizado por BASS Houses
31 octubre 2016El pasado 18 de octubre de 2016, como miembro del despacho Pérez de Vargas Abogados, participé junto con Charline Julien en el seminario «Construcción Ecológica y Sostenible», que organizó BASS Houses en la sede de Andalucía Lab.
En el citado seminario hicimos referencia a la Directiva 2009/28, de 23 de abril, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables y a la Directiva 2010/31, de 19 de mayo, relativa a la eficiencia energética de los edificios. Así como a los dos reales decretos que desarrollan esta última Directiva, la Directiva 2010/31, de 19 de mayo, que son ambos de 5 de abril de 2013, el Real Decreto 235/2013 que regula el procedimiento básico para la obtención de la certificación energética y el Real Decreto 238/2013 que ha servido para modificar el Reglamento de Instalaciones Térmicas.
Hicimos también mención del artículo 9 de la Directiva 2010/31; insistiendo en la idea de que el referido precepto obliga a los Estados Miembros, en el sentido de que «…a más tardar el 31 de diciembre de 2020, todos los edificios nuevos sean edificios de consumo de energía casi nulo». El precepto les obliga también aelaborar «…planes nacionales destinados a aumentar el número de edificios de consumo de energía casi nulo. Estos planes nacionales pueden incluir objetivos diferenciados de acuerdo con la categoría del edificio.»
Lo dicho, porque la Unión se ha impuesto el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al menos en un 20 % en comparación con los niveles de 1990; incrementar el porcentaje de las fuentes de energía renovables en nuestro consumo final de energía hasta un 20 % y en un 20 % la eficacia energética; utilizar la reglamentación, las normas de la construcción e instrumentos de mercado tales como impuestos, subvenciones y contratación pública para reducir el consumo de energía y recursos y utilizar los Fondos Estructurales para invertir en la eficacia energética de los edificios públicos y en un reciclaje más eficaz.
Nuestra opinión es que la regulación en esta materia va a ir endureciéndose según se acercan los plazos para la consecución de los objetivos. La actividad de la construcción tendrá que adaptarse y tomar en cuenta técnicas, criterios y sistemas para lograr un menor consumo de materiales, menor producción de residuos y mejoras en la eficiencia energética de los edificios respecto de los que se construyeron en etapas anteriores, lo dicho, para permitir la integración de la edificación en el modelo de ciudad sostenible que como ideal tiene visos de imponerse en el futuro.
En la ponencia expusimos nuestro criterio consistente en que las dificultades y la verdadera oportunidad no va a estar tanto en que los nuevos edificios cumplan con los requerimientos derivados del modelo de ciudad sostenible––que lo harán en cumplimiento de la legislación que sea aplicable cuando soliciten la licencia––, sino en la rehabilitación, adaptación y normalización de la edificación ya existente. Hay que tener en cuenta que la mitad de las edificaciones que ahora existen, seguirán en pié dentro de cincuenta años, por lo que se les exigirá progresivamente su adaptación a las exigencias del modelo.
Respecto de Marbella, hicimos referencia al Plan Estratégico Marbella San Pedro 2022, que apuesta por un modelo de ciudad que sea sostenible en sus dimensiones económica, social y ambiental, y explicamos por que esta última faceta (la ambiental) es particularmente relevante para la edificación bioclimática y ecológica de la que trató el seminario. En relación con esta cuestión, en la exposición concluíamos que «…los edificios no son más que elementos de un sistema mayor que es la ciudad integrada en una red de ciudades, de tal manera que todo el sistema, empezando por las viviendas, tendrán que cumplir en cada momento con las exigencias derivadas de modelos basados en la sostenibilidad ambiental, económica y social.» Así como, que «Para ello habrá que implantar la tecnología necesaria que permita la recopilación y procesamiento de la información que garantice el acierto en las decisiones que vayan tomando para hacer de la ciudad sostenible una realidad.» Y que, por todo lo expuesto, «nos espera un futuro de reorganización de la ciudad para hacerla sostenible en el tiempo y compatible con los ecosistemas de los que depende el ser humano.»
Hicimos también mención de las subvenciones que existen en este campo y a certificaciones como las LEED, BREEAM o CASBEE, que vienen a ser una forma de testar planes y proyectos para verificar que cumplen con distintos parámetros que tienen que ver con la sostenibilidad ambiental y la conservación de los sistemas naturales, aunque lo determinante será la regulación que provenga de los órganos del Estado con competencia legislativa, así como de las distintas administraciones.